En Huila, el Programa de Justicia Restaurativa continúa consolidando espacios de encuentro y diálogo entre víctimas y ofensores, promoviendo la reparación, la reconciliación y la transformación personal y comunitaria.
Gracias al contrato de colaboración No. 980 de 2025, suscrito entre la Gobernación del Huila y la Fundación Funipsi, se dio inicio a una nueva etapa del programa dentro del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, reafirmando el compromiso de fortalecer procesos restaurativos que fomenten la sanación y la construcción de relaciones más sanas.
Durante el mes de julio, los participantes avanzaron en su camino hacia la reparación mediante actividades diseñadas para fortalecer la confianza, la escucha activa y el respeto mutuo, entre ellas:
- Presentación del equipo interdisciplinario: se reafirmaron los principios éticos del proceso, fundamentados en el respeto, la empatía y la responsabilidad compartida.
- Dinámicas lúdicas: se promovió la integración, la comunicación asertiva y la reflexión sobre el daño causado, generando momentos de encuentro desde la humanidad de cada persona.
- Preguntas reflexivas: se fomentó el reconocimiento de emociones, la responsabilidad individual y la posibilidad de cambio, abriendo un diálogo sincero sobre el perdón y la reconstrucción de la confianza.
Estas actividades no solo promovieron la reflexión personal, sino también la conciencia colectiva sobre la importancia de reparar el daño, asumir responsabilidades y participar de manera inclusiva en la construcción de un futuro en paz.
El proceso culminó con la construcción de compromisos colectivos, gestos simbólicos en los que víctimas y ofensores expresaron su voluntad de seguir avanzando. Estos compromisos representan una apuesta compartida por la transformación personal y comunitaria y el fortalecimiento de los vínculos sociales.
Con este nuevo inicio, la Gobernación del Huila y Funipsi reafirman que la justicia restaurativa trasciende lo judicial: es un proceso profundamente humano que permite sanar heridas, transformar experiencias de dolor en aprendizajes y abrir caminos hacia una convivencia basada en respeto, solidaridad y esperanza de cambio.